Con adecuados rituales se venía a contacto con energías sutiles que con sus vibraciones ayudaban a solucionar variados problemas de la cotidianidad. Por ejemplo en Egipto les fue dado un poder esotérico y cuando hacía falta preparar una ceremonia o ritual propiciatorio se hacían fumigaciones de incienso durante el alba, el mediodía y al ocaso.
Las dosis no fueron reveladas si no a los adeptos que las transmitieron oralmente. En Grecia y en el imperio Romano se hacían ceremoniales con inciensos propiciatorios, era común convicción que los dioses no se oponían a las solicitudes hechas con el uso del incienso, el que sahumado en un determinado día y en una determinada hora ayudaba a solucionar variadas problemáticas. En India, todavía hoy, en las casas y en las calles es sahumado el incienso en honor de las divinidades. También en Italia los Etruscos y los Romanos solían iniciar sus cultos quemando el incienso, inicialmente el uso fue contrastado por la iglesia pero luego la iglesia lo adoptó en el Misal y en la Liturgia.
Varios son los métodos y las operaciones posibles con los inciensos, algunos hasta utilizan los salmos bíblicos para reforzar las vibraciones positivas de las fumigaciones, todos estos métodos de todas formas no son mas que un potencial del hombre que gracias a su vibración-pensamiento, logra transformar el pensamiento-acción en realidad cotidiana. Por consiguiente todo puede ser válido, todo es creado del momento en que el hombre ha pensado, por lo tanto es innato en cada uno de nosotros la posibilidad de alcanzar un objetivo, de armonizar con los acontecimientos y sobre todo de conseguir la solución de cada problemática.